SARA PALMA DE JULE Prólogo Allá, en un tiempo suave y mágico, un niño estuvo presente en el corazón de nosotros. Era un tiempo lento, dulce, apuntalado hacia adentro por una fe y extendido hacia adelante por la esperanza. Era un tiempo bueno, de extraños misterios. Era la región celeste de los enormes sucesos que acontecen más allá del rostro de las cosas. Las naranjas tenían rubores y fabricaban almíbares de sol; los luceros hacían guiños enamorados a las dormidas rosas, mientras los grillos organizaban alargadas francachelas bajo el rostro severo de la luna. Los pájaros pintaban con música, haciendo del amanecer una dorada cantata; las petunias-hablaban con voces de color que se adentraban en el reino de los árboles; los cangrejos ensayaban sus complicados bailes en la brillante ribera de las aguas; las nubes diseñaban caprichosos dibujos sobre el dominio blanco de los ángeles y los duendes ... Tiempo aquél pr
Literatura y Cultura Salvadoreña