La poesía es ejercicio mágico, aunque se utilicen motivos y palabras duros y concretos. La auténtica poesía es un fulgor que atraviesa hasta las superficies más ásperas. Con los poemas reunidos en este breve libro, Rafael M endoza, poeta muy joven, demuestra hasta en sus últimas consecuencias lo dicho en el párrafo anterior. Conozco la poesía de Mendoza desde hace algunos años, y puedo testificar, con toda sinceridad, su constante depuración, su creciente riqueza. Ahora, en estos poemas justamente premiados en un Certamen Centroamericano, se nos muestra el poeta como un espectador estremecido y entrañable de las más vivas realidades del hombre y del mundo. Los muertos son estos seres vivientes, amorfos y únicos, que cruzan a nuestro lado a cada instante, y que son parte nuestra, de cada una, porque todos somos cada uno. El poeta -cada poeta- es una voz y un anzuelo. Del fondo de las aguas saca peces radiantes, hojas podridas o zapatos viejos. Es su destino y su verdad. De eso hay
Literatura y Cultura Salvadoreña