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Mostrando entradas de julio 10, 2011

Puta Vieja

                                                                Melitón Barba                                                     Puta Vieja Así era mi cuerpo, como el de la Margot, la cipota esa que está acusada de guerrillera. Claro, han pasado tantísimos años que ahora con mi cara cruzada de arrugas, la boca sin dientes y los pilguajos de chiches que me quedan, nadie podría reconocerme. Pero era bonita, aunque se rían. Cuando lo conocí acababa de llegar al Over the top, un burdel que quedaba en Soyapango y donde había otras quince muchachas, todas lindas, porque el Over era de lujo, sólo lo frecuentaban señores de carro y por la salida de una había que pagar quince colones. En ninguna otra parte cobraban tanto. Él vivía en una de las casitas de madera que quedaban a la orilla de la cuestona que sube para Soyapango. Lo veía con su uniforme del Instituto Nacional, siempre bien limpio, con los cuadernos apretados debajo del sobaco y su quepis de lado, con la hebilla del cincho bien

Nunca Estuve Sola

                                                      Nidia Díaz Micrófono en mano, Nidia Díaz grabó durante horas lo que habían sido 190 días de cárcel. Pero no tenía ganas de hacerlo. Viva por la casualidad de haber sido hecha prisionera en una coyuntura en donde no era conveniente matar a los capturados, Nidia quería olvidar el trauma de la cárcel y el privilegio de la vida, quería espantar los recuerdos. Pero tenía el deber de recordar, de contar a otros cómo se vive y se sobrevive en las cárceles salvadoreñas, centros de muerte y abusos. Debía transmitir a su pueblo y a sus compañeros las claves de esa importante experiencia, rica en lecciones para quienes luchan. Debía devolver a la solidaridad internacional el testimonio de aquella por quien tanto se interesaron durante meses con gestiones de todo tipo. Así, entre el rechazo del deber y la obediencia al deber, tirando al suelo el micrófono primero y la máquina de escribir después, en permanente tentación de abandonar la tar

No Me Agarran Viva: la Mujer Salvadoreña en la Lucha

                                                 Claribel Alegría y D. J. Flakoll Este libro es un pequeño homenaje a la mujer salvadoreña que se ha entregado a luchar por una sociedad más justa. La biogra fía de estas mujeres se caracteriza por su abnegación, su sacrificio y su heroísmo revolucionario. Se podrá o no estar de acuerdo con sus ideas, pero lo que no se puede dejar de reconocer es su entrega total a la causa de la liberación de su pueblo. En estas páginas aparecen algunas de ellas, alrededor de la vida de Eugenia, un modelo ejemplar. Al contar la historia de Eugenia, cuentan su propia historia y la de su papel femenino en la organización político-militar. Eugenia es una de esas miles de mujeres salvadoreñas. Este libro está dedicado a la memoria de Eugenia y a la de miles de muchachas, mujeres y ancianas, que siguen luchando por la paz y la justicia en El Salvador.   Fuente: Alegría, C. y Flakoll, D. J. (2007). No me agarran viva: la mujer salvadoreña en la lucha.

El Diablo Sabe Mi Nombre

                                                   Jacinta Escudos Nacida en El Salvador. Ha cultivado los géneros de novela, cuento, poesía, crónica y ensayo. Fue escritora residente en la Heinrich Boll Haus de Alemania y de La Maison des Écrivains Étrangers et des Traducteurs de Saint-Nazaire, Francia, ambas en el año 2000. Ganadora de los X Juegos Florales de El Salvador 2001, rama cuento, con el libro Crónicas para sentimentales, aún inédito, y del I Premio Centroamericano de Novela "Mario Monteforte Toledo" (2003), con su novela A-B-Sudario, publicada por Alfaguara. Textos suyos aparecen en diversas antologías de América Latina, Estados Unidos y Europa. Entre sus publicaciones destacan la ya mencionada A-B-Sudario (2003), Felicidad doméstica y otras cosas aterradoras (2002), El desencanto (2001) y Cuentos sucios (1997). Vive en Costa Rica desde el 2005, donde trabaja como correctora de estilo y traductora independiente. Fuente: Escudos, J. (2008). El Diablo sab