Irás a la patria de los ciegos y serás ciego. Como el caracol y la tortuga serás aplastado por el límite. En tus oídos crecerán las palabras sus enredaderas estériles y darán simiente de palabras para el hondón de tu boca. Alzarás torres con ellas y las torres caerán una a una sobre colchones de hojas tristes. En tu casa de minerales habrá dolor. Dolor de la cal y del fósforo, dolor del carbón y del diamante. Tu vino se tornará vinagre. Tu amor cuajará en parto. y no sabrás que el venablo que te hiere salió de tu aljaba, y los venenos que lo tiñen fueron decantados en el rincón más tuyo de tu casa. Peor que hiedra, te aferrarás a las cosas sin sangre. Preso en una absurda cárcel de tiempolínea, pugnarás contra la sombra de la luz y la sombra de la sombra por encontrar la luz de la luz. y sangrarás. y gemirás. y tu grito se irá haciendo alto como fueron altas tus palabras y se derrumbará como cayeron tus torres. Mas llegará el día en que ya no importarán el amor a tu sexo
Literatura y Cultura Salvadoreña