Eduardo Badía Serra PRÓLOGO Este es un relato que surge de la realidad, de una realidad vivida y no resuelta. No guarda absoluta fidelidad con hechos, tiempos o situaciones. Algo tiene de imaginación y algo de fantasía, pero sus personajes fueron reales. Quien dude de ello, o quien desee comprobarlo, que busque el obelisco. Si lo encuentra, podrá ver en su punta al cuervo negro viendo hacia los cuatro puntos cardinales. Hace unos años, una pátina azul comenzó a brotar de la garra con la que el animal se sostiene sobre la punta de la piedra, deslizándose por sus lados y tiñéndola lenta pero progresivamente. Por la noche, la mancha se ve negra, como el cerro a su espalda, semejando por siempre una mujer dormida. Fuente: Badía Serra, E. (2010). La mujer dormida: novela corta. San Salvador: Universidad Tecnológica de El Salvador.
Literatura y Cultura Salvadoreña