Miguel Huezo Mixco La primera vez que una serpiente ve una mangosta, siente que es un encuentro fatal para ella HENRI MICHAUX Cuando la ví estábamos casi codo con codo debajo de la caseta de una parada de buses en la 25. Comenzaba otra vez a lloviznar, era de noche y, al menos así quiero recordarlo, el ambiente de la ciudad era de un permanente desasosiego. No iba sola sino con otra jovencita de su edad; putía, como ella. Ruleteras las dos. Me la quedé mirando. Consuelo lo sintió, porque volvió la cabeza y buscó mis ojos. Habían pasado, ya no sé, tres o cinco años desde la última vez que la dejé en el burdel. Los días en que la conocí, Consuelo era la amante de Ricardo Ramírez, y Ricardo Ramírez era un pintor alucinado. Una noche Ricardo me dijo: "Vamos al burdel, y te presentaré la puta más bella y tierna que haya visto". Subimos a un taxi y dimos de narices con la entrada del Tamoa. Escoltados por las muchachas pasamos al salón y pedimos cerv
Literatura y Cultura Salvadoreña