La Sirvienta y el Luchador de Horacio Castellanos Moya Por Miguel Huezo Mixco Hemos construido una sociedad horrible. El Salvador se describe con tres v : violenta, vil y vacía. Sí, muy vacía. Vacía y vil. Pero, sobre todo, violenta. El asesinato como forma de resolver las diferencias se ha arraigado desde hace décadas en la cultura salvadoreña mediante un continuado y cada vez más sofisticado ejercicio. La Mara Salvatrucha, nacida en Los Ángeles, que castiga los barrios más pobres de las ciudades del país, y que se ha ramificado como epidemia por buena parte de Centroamérica y México, es hija directa de los torturadores de finales del siglo pasado. Y también de la guerra de liberación. Tres generaciones van ya dándose un festín con los cadáveres esparcidos por doquier como calabazas reventadas en una noche de brujas. Ahora la violencia campea desnuda de ideologías. Las escenas que se viven a diario, escandalosamente magnificadas por los periódicos y la televisión, pa
Literatura y Cultura Salvadoreña