Salvador Arias Peñate
30 de abril de 2010.
PREFACIO
En el año 2004, a petición de las organizaciones campesinas del país, elaboramos una estrategia para establecer un salario social. Dicho esfuerzo requería establecer, primero, cuáles eran las condiciones de ingreso de las familias trabajadoras rurales y sus condiciones de vida. Esto nos llevó a rastrear, dentro de la información oficial, indicadores sobre los ingresos de los hogares, el problema del desempleo, los salarios, el tema de las remesas y la situación de acceso a salud, educación, servicios básicos, etc. Desde entonces comenzamos un proceso que duró más de 5 años, en el cual el análisis se fue complicando, dado que nos vimos en la necesidad de elaborar nuevas metodologías para el tema de los salarios y su relación con el costo de la vida, con la canasta de mercado, el costo de los servicios esenciales y la redefinición del término de pobreza, entre otras cosas.
Toda esta labor fue necesaria debido a que, según las estadísticas oficiales, la situación del desempleo, de la pobreza y de las condiciones de vida de la población, no eran tan graves; no obstante la población estaba con hambre y sin trabajo. Cuando vimos los niveles de ingresos y salarios de la población y el alto costo de la vida, nos dimos cuenta de las limitaciones que hubiese tenido tocar solamente el tema de salarios, dado que como en el caso de las personas que viven en el campo, en un hogar rural tendrían que trabajar más de 8 personas, si se quisiera que la familia satisficiera sus necesidades básicas y dejara de ser pobre.
Es de esta forma como se logran introducir nuevas metodologías y nuevos conceptos, en el afán de querer establecer, sin trucos, las condiciones en que vive la población, como podrán apreciar ustedes en el libro que ponemos en sus manos.
Extender el análisis a todas las personas que trabajan en comercio y servicios, en la industria, en la maquila, en la agro industria y a los cortadores de café y caña, nos confirmó que no se puede resolver el problema de la población únicamente con incrementos salariales. En primer lugar, porque quienes reciben salarios permanentes son más o menos la tercera parte de la población económicamente activa y; en segundo lugar, porque subir los salarios hasta los niveles requeridos por los costos de la canasta de mercado, crearía un proceso inflacionario que anularía el artificio monetario de subir los salarios monetarios. Así nos dimos cuenta que el problema estaba relacionado con la distribución del ingreso y, por lo tanto, iba más allá de una simple política de salarios mínimos. Era un problema estructural relacionado con la pobreza y por eso mismo con la concentración y centralización del capital, es decir, un problema que requería analizar el modelo neoliberal en el marco del sistema capitalista.
Estas condiciones hicieron que tuviéramos que elaborar dos veces el documento. Primero, por lo complejo y holístico que se volvió el análisis, cuando concluimos que teníamos que establecer cómo funcionaba el modelo de acumulación y concentración del capital en el marco del modelo neoliberal, haciendo uso de la metodología marxista, y explicar cómo este había llevado a la población a las condiciones de explotación y exclusión que aquí se analizan. En segundo lugar, por el tiempo que corría antes de la finalización de la investigación, mientras las Encuestas de Ingresos y Gastos que salen cada año nos desactualizaban la información. Además, se anunciaron el VII Censo Económico 2005 y el Censo de Población del año 2007. Entonces decidimos reajustar todo el documento, incorporando estos últimos dos censos y tomar como última Encuesta de Ingresos y Gastos la del año 2007. Este cambio le daba más robustez y coherencia a la base estadística para la investigación. Es así que el texto que les presentamos es la segunda versión, lo cual ha permitido, según nuestra consideración, un documento más completo, ya que permite dimensionar por diferentes metodologías la inmensa concentración y centralización que logra la burguesía oligárquica en los veinte años del modelo neoliberal, los diferentes mecanismos que utilizan para esto, así como, establecer desde una dimensión nacional, urbano, rural y a nivel departamental, las condiciones de explotación, de pobreza y exclusión que realmente vive el pueblo salvadoreño.
A través de este análisis hemos podido concluir, con mucha indignación, que somos un país de pobres, explotados y excluidos; con una burguesía oligárquica aliada al capital transnacional que logra niveles de acumulación y concentración de la riqueza y el capital, que son ofensivos para el pueblo salvadoreño y para la humanidad. Igualmente, podemos concluir que este problema no tiene solución en el marco del modelo neoliberal, ni en el marco del sistema capitalista, por lo cual se proponen los lineamientos de un modelo alternativo, que cree las condiciones para desarrollar una transición hacia un sistema socialista, como la única salida para el pueblo salvadoreño.
El libro tiene cuatro capítulos; el primero, desarrolla el tema de la concentración y la centralización del capital, explicitando cómo el modelo neoliberal logra la recomposición del capital de la burguesía oligárquica y su gran aliado el capital transnacional, durante todo el período de posguerra. El segundo capítulo desagrega la situación de la pobreza de los hogares salvadoreños, tanto desde el punto de vista de sus ingresos, como de sus condiciones de acceso a los servicios esenciales, que la misma Constitución de la República establece como derechos de los salvadoreños. El tercer capítulo plantea los lineamientos para lograr construir una Democracia con Desarrollo Sustentable, sin pobreza y con paz social, para lo cual se plantea un camino y las medidas para abrir el proceso de transición hacia la construcción del socialismo salvadoreño y la democracia socialista. El cuarto y último capítulo presenta, primero, un breve análisis comparativo sobre los parámetros que dibujan la pobreza y las condiciones sociales que se viven en los 14 departamentos del país; para luego pasar a una explicación, de manera individual, del proceso de concentración de la riqueza y los niveles de explotación que existen en cada uno de los departamentos, así como su situación de pobreza, producto de la acumulación y la explotación.
Este trabajo, como todos los otros de mi autoría, tiene un carácter colectivo; en él participaron varios estudiantes que ya, en su mayoría, son economistas graduados. De todos ellos, quien vivió todo el proceso, desde el inicio hasta la terminación del libro, fue Sergio de Jesús Gómez Pérez, un incansable, sistemático e inteligente joven economista. Lo mismo puede decirse de José Margarito Nolasco y Vilma Lucrecia Mejía. Además, participaron en las diferentes etapas del esfuerzo, Blanca Estela Carbajal, Nelly Karolina García, Enis del Carmen García, Rubén Figueroa, Carolina Doñan, Luz ldalia Zelada y Laura Zavaleta. En el anonimato queremos agradecer a varios profesionales que nos colaboraron desde la Dirección General de Estadística y Censos y otros que, por su compromiso con nuestro pueblo, hicieron posible con su apoyo económico, esta edición, agradezco el aporte a través de su arte a mi amigo el pintor Augusto Crespín quien realizo especialmente para este libro la pintura que forma parte de la portada. Por último, tenemos que dejar constancia que el Lic. Juan Antonio Chicas, permitirá a los lectores una mejor comprensión de este trabajo, a través de su gran aporte corrigiendo los problemas gramaticales, ortográficos y de estilo, así como también mediante sus contribuciones al diseño final de esta obra.
Mi esposa Marcela, que siempre estuvo cerca animándome para que no cediéramos ante el cansancio que provocara el gran volumen de información, así como su procesamiento, organización y análisis que contiene esta obra. Lo anterior significó sacrificar tiempo de la familia, principalmente de nuestra amada Montserrat, que con sus tres años de edad, requiere amor y tiempo, que en parte fue absorbido por esta obra dedicada a nuestro pueblo y su revolución.
Esperamos que este esfuerzo de más de cinco años de trabajo sea útil para los estudiantes, investigadores de las ciencias sociales y para el pueblo en general; en la medida que intentamos desenmascarar la mentira sobre la realidad de los profundos niveles de pobreza que vive nuestro pueblo y los niveles ofensivos de riqueza que ha acumulado la burguesía oligárquica de nuestro país, así como del abuso de la mayoría de las empresas transnacionales radicadas en nuestra economía. Realidad que siempre se ha ocultado y lastimosamente hasta este momento, se continúa con esa misma actitud por parte de las actuales autoridades gubernamentales y la inmensa mayoría de los políticos, aduciendo principios de racionalidad, cálculos electorales y estabilidad política; todo esto, a favor del sistema capitalista imperante y de intereses personales y de grupos, olvidándose de la grave crisis que vive el pueblo y de los derechos económicos, políticos y sociales de éste.
Salvador Arias
30 de abril de 2010.
Fuente: Arias Peñate, Salvador. (2010). Atlas de la pobreza y la opulencia en El Salvador. San Salvador: s.n. (Talleres Gráficos UCA).
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