Ir al contenido principal

Surtidor de Trinos; poesía infantil

                                                           SARA PALMA DE JULE




Prólogo
Allá, en un tiempo suave y mágico, un niño estuvo presente en el corazón de nosotros. Era un tiempo lento, dulce, apuntalado hacia adentro por una fe y extendido hacia adelante por la esperanza.
Era un tiempo bueno, de extraños misterios. Era la región celeste de los enormes sucesos que acontecen más allá del rostro de las cosas. Las naranjas tenían rubores y fabricaban almíbares de sol; los luceros hacían guiños enamorados a las dormidas rosas, mientras los grillos organizaban alargadas francachelas bajo el rostro severo de la luna. Los pájaros pintaban con música, haciendo del amanecer una dorada cantata; las petunias-hablaban con voces de color que se adentraban en el reino de los árboles; los cangrejos ensayaban sus complicados bailes en la brillante ribera de las aguas; las nubes diseñaban caprichosos dibujos sobre el dominio blanco de los ángeles y los duendes ...
Tiempo aquél presidido por el circo que llegaba puntual todos los años, con su carga de leones, trapecistas y los amados payasos. Era el tiempo del cumpleaños esperado y de la piñata quebrándose en trocitos de alegría. Era la estación de navidad ... aquella navidad que también venía puntual, con sus luces, sonidos, colores y, a veces, con una apretada lágrima en el corazón, que se fugaba lentamente por los ojos ... a veces sin saber por qué.
Amado tiempo aquél, con olor a canela en la cocina y con invitaciones de sabor esperado. La mesa, el cesto de los panes, la comida sagrada y cotidiana en los días de lluvia y en el tiempo de sol. Y presidiendo todo, como en altar bendito, la presencia del abuelo, de la abuela, del padre y la madre, y de todos aquéllos que construían amor. Ellos también eran dulces retratos de este marco de gloria. Aún su ausencia, o el extraño temblor de su carácter, tenían algo que, después de tormentas y marismas, reponía la calma en su equilibrio justo y necesario.
Cuando después fuimos mayores -gente crecida y lanzada por los diversos caminos de la vida- aquel tiempo de plenitud se fue escondiendo en los resquicios del alma. Y allí se quedó. Arropado en la tibieza del recuerdo, dormitando dentro de nosotros. Allí vive, matizando por momentos nuestras perennes emociones.
A veces ese tiempo de fulgor vuelve a nosotros: en el sueño, en momentos especiales de la vida consciente, o en el cuadro de las memorias que construimos desde una serena y dulce soledad. La luz de aquellos días vuelve a tocamos las manos y es entonces cuando, sobre la sonrisa, se inscribe el surco de una lágrima por todo lo que fue.
SURTIDOR DE TRINOS, de Sara Palma de Jule, nos restituye ese mundo de las cosas amadas de aquel tiempo. Está hecho a partir del niño que llevamos acunado en la intimidad más celosa. Si bien son versos sencillos, para ser leídos por niños -en tanto hablan de su mundo mágico y afectivo- también son versos que nos dan a los adultos el testimonio de un mundo en que estuvimos.
Este libro, bellamente ilustrado además, será una especie de pequeña almohadita de descanso. En ella los niños de hoy verán su mundo hecho de color y palabra; los que en un ayer lejano abandonamos la infancia, los crecidos hombres de estos días aciagos, podremos recostamos en ella suavemente, entregamos al recuerdo de aquella estación de frescura y escuchar el tierno mensaje de aquel niño que llevamos en 10 mejor del alma.

                                                                                                      Francisco Andrés Escobar



EL CIRCO
Ha llegado el circo
con sus cuatro leones,
grandes elefantes
y traviesos monos.
Trae unos perritos
bien amaestrados,
que sobre dos patas
bailan abrazados.
¡Cómo me emociono
con los trapecistas!
Luces y colores
adornan la pista.
A todos aplaudo,
a todos los quiero ...
¡pero es al payaso
a quien yo prefiero! 

Fuente: Palma de Jule, S. (1998). Surtidor de Trinos; poesía infantil. (1a. Ed.). San Salvador, El Salvador: Clásicos Roxsil.


Comentarios

Unknown ha dicho que…
Muy buena información me ayudo para ultima hora con mi sobrino
Unknown ha dicho que…
El Surtidorde Trinos fue un regalo a mis 10 años. Ahora tengo casi 50 años y aun lo.conservo con mucha nostalgia.
Es una poesía con mucha fantasía y alegría infantil.
Mercedes Peraza.
Unknown ha dicho que…
Quiero comprar este libro lo tuve de pequeña mi abuela me lo regaló en el Salvador cuando tenía 5 años, pero ya de 30 años mi hija de 8 años lo prestó y no nos devolvieron, vivo en Quito Ecuador ahora, cómo puedo adquirirlo? Dejo mi correo xochitkramos1979@gmail.com
Unknown ha dicho que…
Corrijo mi mail xochitlramos1979@gmail.com

Entradas populares de este blog

Bombas (Folklore Oral de El Salvador)

Si el sol del cielo cayera, Y al caer se quebrara, Sin duda de sol sirvieran Los ojos de tu cara. El gallo de la vecina, Qué triste y alegre canta; El que duerme en casa ajena De mañana se levanta. Dicen que tienes dinero Y orgullo para gastar, Gastálos poco a poquito, No se te vaya a acabar. Ayer salí de mi casa Arrastrando mi camisa, Sólo por venir a verte, Carita de lagartija. Limoncito, limoncito Cortado de una ramita, Dame un abrazo apretado Y un beso de tu boquita. Una vieja con un viejo Cayeron dentro de un pozo, Y la vieja le dijo al viejo ¡Hay que baño tan sabroso! ¿De qué le sirve a tu nana, Ponerle tranca al corral, Si te has de venir mañana, Salga bien o salga mal? Zipote, nariz de moronga, Andá donde tu nana, Que te la componga. Ayer pase por tu casa, Me tiraste una iguana, Yo la tomé de la cola Pensando que era tu nana. Ayer pasé por tu casa, Me tiraste una rata Yo la

Sara Palma de Jule

                                                             Sara Palma de Jule Nació en Santa Ana. Se graduó como maestra normalista en la Escuela Normal "España", habiendo obtenido el primer lugar de su promoción. Colaboró con  El Diario de Hoy con la "Revista Dominical" de La Prensa Gráfica. Durante varios años trabajó en las Empresas DIDEA, donde fungió como secretaria del magnate don Luis Poma. A su vocación poética se une su ingenio e indiscutibles dotes intelectuales. Una escuela de la ciudad de Apopa lleva su nombre. Es miembro del Ateneo de El Salvador, Ateneo Salvadoreño de Mujeres, Unión de Mujeres Americanas UMA, Organización Mundial de Educación Preescolar OMEP y Club de Mujeres de Negocios y Profesionales. Ha viajado por Guatemala, Costa Rica, Panamá, los Estados Unidos, España, Francia, Italia, Suiza y Austria. Obras publicadas: "Surtidor de Trinos" (1982), "Tranvía de Ilusiones" (1984), "Fantasia" (1994)

Escuela de Pájaros

A LA VIBORA, VIBORA... A la víbora, víbora, de la mar, por aquí quiero pasar. Las olas que se acercan, las olas que se van, y detrás de las olas, las olas más y más... Escamas de arco-iris, escamas de metal. ¡ya se durmió la víbora, ya quiere despertar! Camino de mi frente -caminito especial- si de mi frente sale, ¿quien lo puede alcanzar? En menos de un segundo conoce la ciudad; en lo que cierro un ojo por el aire se va; siguiendo mariposas deja juegos atrás y toca de repente, la víbora de la mar. Aunque niño me llamo y no puedo nadar muchas islas descubro sentado en mi diván. Al agua marinera, que baila por bailar, sin mojarme la blusa la puedo atravesar. Caballito marino, caballito de sal, con brida de canciones te logro sujetar. ¿En dónde llora y llora la niña tempestad? ¿En dónde crece, rojo, el árbol de coral? Iremos galopando -rataplán, rataplán- caballo de los tumbos, que sabes galopar. ¡Qué praderas de espuma! ¡Qué montañas