Ir al contenido principal

NAPOLEÓN RODRÍGUEZ RUIZ (BIOGRAFÍA)


Vida y obra de Napoleón Rodríguez Ruiz

Jaraguá es la novela de Rodríguez Ruiz en la cual describió con frases y palabras sencillas la cotidianidad del campesino salvadoreño, sus sueños, sus amores, su miseria y sus alegrías.
Se contaban a través de aquellas páginas que gritaban el calor de la siembra y el rugir de la barra presentes en cada capítulo de Jaraguá, el exquisito regalo de Ruiz.

Napoleón Rodríguez Ruiz, el creador de esta obra literaria, nació en la ciudad de Santa Ana, el 24 de junio de 1910, como fruto de la unión de los ahuachapanecos Emilio y Gertrudis Rodríguez. Pero desde niño vivió en la tierra de sus padres, un rincón rústico y campirano de San Pedro Puxtla, en Ahuachapán.
Su infancia se desarrolló entre campesinos luchadores que vivían de las tareas agrícolas en la hacienda “Las tres ceibas”. Ahí, Napoleón aprendería las costumbres, el sentir y el vivir del campesino salvadoreño.
Cuando joven, estudió en el Instituto Nacional de Varones, de donde se graduó con honores. A sus 17 años inicio sus estudios de doctorado en Jurisprudencia y Ciencias sociales en la Universidad de El Salvador y se graduó en 1933, con su tesis “función social de la propiedad”.
Se desempeñó como juez de primera instancia de 1934 a 1944, y luego como Subsecretario de Gobernación.
A finales de 1948, ocupó el puesto de segundo magistrado en la Cámara de Tercera Instancia de lo Civil.
Contrajo matrimonio en dos ocasiones. La primera de ellas fue con Ana María Carballo, con quien procreó a José Napoleón doctor en Jurisprudencia y Ciencias Sociales, escritor y magistrado de la Corte Suprema de Justicia desde 1999, Ana Carlota y Francisco Salvador.
Las segundas nupcias la contrajo con Zoila Ruiz, con quien trajo a la vida a Clarissa y Antonio Napoleón.
La enseñanza también formó parte de la vida profesional de Rodríguez Ruiz, pues se desempeñó como docente de las Facultades de Economía y Humanidades, en los años 1940 a 1944, en la Universidad de El Salvador, de la cual llegó a ser rector de 1959 a 1963.
También vivió en carne propia la primera invasión militar a las instalaciones universitarias cuando las tropas del ejército y la Policía Nacional rodearon y asaltaron las Facultades de Economía, Humanidades y el rectorado de la Universidad de El Salvador. El rector Rodríguez Ruiz, el Secretario General, Dr. Emilio Cuellar Milla, así como funcionarios y estudiantes fueron golpeados salvajemente y obligados a salir de las instalaciones.
Sus primeros trabajos de literatura se vislumbraron en los XIII Fuegos Florales de la ciudad de San Miguel, en los que ganó el segundo premio. El primer lugar lo consiguió en los Juegos Florales de la ciudad de Quetzaltenango, en Guatemala, en 1961. Este escritor también recorrió las múltiples veredas de la política y la vida social salvadoreña.
En 1966, fue precandidato a la Vicepresidencia de la República por el partido Acción Renovadora, PAR.
Fue presidente del Consejo superior Universitario Centroamericano, CSUCA, fundador y presidente de la Asociación Salvadoreña de Abogados de El Salvador. En 1979 se desempeñó como asesor Jurídico de la Asamblea Legislativa y también fue miembro de número de la Academia Salvadoreña de la Lengua.
Escribió algunos ensayos, entre los que destacan: Historias de las instituciones Jurídicas Salvadoreñas (1951), Moral profesional y La promesa de la venta unilateral.
En el campo de la narrativa público: Jaraguá (1950), El janiche (1960), La abertura del triángulo (1969), El pensamiento vivo de Arce (1947), Discursos universitarios (1962), Napoleón Rodríguez Ruiz falleció en la ciudad de San Salvador, el 3 de septiembre de 1987.
FUENTE: Fuentes Candray, E. G.  “La opresión de la clase y Género en Jaraguá" de Napoleón Rodríguez Ruíz. San Salvador: Universidad de El Salvador.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Bombas (Folklore Oral de El Salvador)

Si el sol del cielo cayera, Y al caer se quebrara, Sin duda de sol sirvieran Los ojos de tu cara. El gallo de la vecina, Qué triste y alegre canta; El que duerme en casa ajena De mañana se levanta. Dicen que tienes dinero Y orgullo para gastar, Gastálos poco a poquito, No se te vaya a acabar. Ayer salí de mi casa Arrastrando mi camisa, Sólo por venir a verte, Carita de lagartija. Limoncito, limoncito Cortado de una ramita, Dame un abrazo apretado Y un beso de tu boquita. Una vieja con un viejo Cayeron dentro de un pozo, Y la vieja le dijo al viejo ¡Hay que baño tan sabroso! ¿De qué le sirve a tu nana, Ponerle tranca al corral, Si te has de venir mañana, Salga bien o salga mal? Zipote, nariz de moronga, Andá donde tu nana, Que te la componga. Ayer pase por tu casa, Me tiraste una iguana, Yo la tomé de la cola Pensando que era tu nana. Ayer pasé por tu casa, Me tiraste una rata Yo la

Sara Palma de Jule

                                                             Sara Palma de Jule Nació en Santa Ana. Se graduó como maestra normalista en la Escuela Normal "España", habiendo obtenido el primer lugar de su promoción. Colaboró con  El Diario de Hoy con la "Revista Dominical" de La Prensa Gráfica. Durante varios años trabajó en las Empresas DIDEA, donde fungió como secretaria del magnate don Luis Poma. A su vocación poética se une su ingenio e indiscutibles dotes intelectuales. Una escuela de la ciudad de Apopa lleva su nombre. Es miembro del Ateneo de El Salvador, Ateneo Salvadoreño de Mujeres, Unión de Mujeres Americanas UMA, Organización Mundial de Educación Preescolar OMEP y Club de Mujeres de Negocios y Profesionales. Ha viajado por Guatemala, Costa Rica, Panamá, los Estados Unidos, España, Francia, Italia, Suiza y Austria. Obras publicadas: "Surtidor de Trinos" (1982), "Tranvía de Ilusiones" (1984), "Fantasia" (1994)

Escuela de Pájaros

A LA VIBORA, VIBORA... A la víbora, víbora, de la mar, por aquí quiero pasar. Las olas que se acercan, las olas que se van, y detrás de las olas, las olas más y más... Escamas de arco-iris, escamas de metal. ¡ya se durmió la víbora, ya quiere despertar! Camino de mi frente -caminito especial- si de mi frente sale, ¿quien lo puede alcanzar? En menos de un segundo conoce la ciudad; en lo que cierro un ojo por el aire se va; siguiendo mariposas deja juegos atrás y toca de repente, la víbora de la mar. Aunque niño me llamo y no puedo nadar muchas islas descubro sentado en mi diván. Al agua marinera, que baila por bailar, sin mojarme la blusa la puedo atravesar. Caballito marino, caballito de sal, con brida de canciones te logro sujetar. ¿En dónde llora y llora la niña tempestad? ¿En dónde crece, rojo, el árbol de coral? Iremos galopando -rataplán, rataplán- caballo de los tumbos, que sabes galopar. ¡Qué praderas de espuma! ¡Qué montañas