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Larga vida o buena muerte para Salarrué...



Larga vida o buena muerte para Salarrué
Dios lo bendiga y lo haga un santo don Salarrué
Chas gracias por sus dulces guáshpiras
por los tentuntazos de ternura
con que me ha zomatado las arganillas del corazón
que si se muere mañana es viernes
las Animas Benditas los cundundeyen
y lo hagan seguir camino
que San Pascual Bailón me lo ampare
y me le tape las veredas del chimbolero
y que la Virgen del Perpetuo Socorro
y la Virgen de Candelaria

Me lo manden bien a la llama para el cielo
caballero en un caballo bien maiciado
que no sea sombristo
ni tan entelerido como el de mi genera Claramount
y que para mientras tanto
en la vida me lo tenga galán y chelón
que no le falte la salud el pisto ni el amor necesario
que coma sus tres tiempos
y le sobren amigos la pura mar y sus conchas
como si hubiera obtenido la piedra azul
que vomita la zumbadora
cuando es derrotada por un hombre de bien
que me le caiga también la bendición del Cipitillo
y la del Cadejo Blanco
no liunque que ahora estén un poco caídos de la moto
frente a los cantantes peludos de la Televisión
todos ellos medio miráme no me tentés

Y que también le lluevan y le valgan
las bendiciones de don Gerardo Barrios y doña Adelaida
de los indios Anastasio Aquino y José Feliciano Ama
de don Pedro Pablo Castillo y el maishtro Felipe Soto
de Catuta y el Choco Albino
del Negro Lagos
de María Jacobo
Firuliche
y el viejo cascarita de Don Chico Gavidia
todas ellas
entre una tronazón de cohetes de vara
y la silbazón de las buscaniguas
y de gritos de viva Romero hijos de puta
santo remedio
para que se pueda echar a la rabadilla otros setenta
años
y allá para su ciento cuarenta aniversario
yo pueda disponer de algunas maracandacas
(y de permiso para entrar al país)
y nos podamos enzaguanar juntos un par de
talaguashtazos
del mejor chaparro de Oriente
con boca de chacalines
y chimol de jícama de Cojutepeque
cutuquitos de caña
y una pailada de pedazos de marañon japonés

Seguro que para entonces habrá ya en el mundo menos truncias
y nadie dirá ya que aparten a la Catapulta a un lado
para continuar siguiendo
y la señora Guaramba aún irá diciendo por los caminos
“¡Ve pué!”
pero de pura contentura y sabiduría
y nadie les pegará en las nalgas a los cipotes
por ispiar por los hoyitos de la carpa del circo
más bien todo el país será una chulada de circo para niños
con payasos cosmonautas y mistiricucos de Saturno
con repartición de sorbetes de mora y caramelos de leche de burra
de puro choto para todos
y chilate con nuégados para los papases y las mamases
a la salida
y bolsas de alboroto quiebradientes y güishte vitaminado
y panes con chumpe de tres chunchucuyos
y pupusas de loroco automáticas
envueltas para llevar a las casas de cada quien
casas bien pintaditas y tiperías
contraspatio para jugar escondelero y aprietacanutos
y los hombres serán milagreros exactos
no tan desproporcionados como San Isidrito el hijuepuerca
y considerarán el “ para vos nuay ” como un insulto incomprensible
usado allá en un tiempo viejo y más cuico que el cuico Goméz
en una época más gedionda que un muerto gediondo
nacido de la terrible reprimenda de la papamama
papamama
tiempo y época felizmente finados para siempre
¿y sabe desde cúando don Salarrué?
desde el momento en que alguien
aunque sea aquel cipote aprietado y cabeza de huizayote
ponga en manos del pueblo la honra de la Juana
el puñal con mango de concha
y el Tata Pueblo mira la hoja puntuda con cara de vengador
y diga “pues es cierto”
y cierre la noche

Así que ya le digo don Salarrué
Y ya con ésta me despido
entre triste y alegre como currunchiche mareño
me aparto revira contra clubis por las dudas
y ahí lo dejo
en la felicidad de su cumpleaños

FUENTE: Daltón, R. (1974). Las historias prohibidas del pulgarcito. 

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