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Literatura Infantil

                                                                        JUAN FELIPE TORUÑO

LITERATURA INFANTIL

¿Se ha escrito literatura para niños en El Salvador? Muy poco y ella apenas se ve en algunos volúmenes. Generalmente se ha importado.
Se ha dicho en diferentes ocasiones a lo largo de América: literatura para niños; pero no es más que el decir. Son versos o prosa serios, sin el sabor pueril, el color ingenuo, la característica especial del género. Son piezas literarias de dudosa factura para la infancia, en su generalidad, siendo pocos los verdaderamente para párvulos.

CLAUDIA LARS en Casa de Cristal, con música arrulladora, cantinelas gráciles, versos limpios, quiso proporcionar esta poesía con tonalidad infantil; pero poco se divulga. Florinda B. González, siendo maestra, con excelente intención en su volumen Hojas de Otoño (1939) dedicó una parte de éste a los niños, para que se recrearan con ellos. Copiamos El transporte, que dice:

"Arre, caballito
hala sin cesar,
que al llegar a casa
vas a descansar.
Arre, arre, arre,
taralaralá!
¡Qué viva el trabajo
que alegra el hogar!"

JULIO ALBERTO MARTI ha escrito algunas piezas teatrales, Llevado de su entusiasmo instaura y dirige el Teatro Infantil.

ADOLFO DE J. MARQUEZ (1898-1954). Desde su clase, en la radio, en el teatro, en la revista, en el libro, donde quiera que estuviese, su entusiasmo desbordaba. A él se debe el único volumen que contiene la recopilación folklórica de El Salvador, Folklore Salvadoreño. Fue un hombre que vivió para la docencia y para divulgar las letras y el arte, sin envidia, sin egoísmo, sin apasionamiento. No será suficiente la mención de su nombre en estas líneas; más se le mantiene en olvido que no merece. Sus libros son especialmente para niños; Pétalos de Recuerdo -poemas para niños- colección antológica. No exclusivamente de autores que quisieron hacer poesía infantil, sino de los que en medio de sus producciones tienen algo para el niño. Volumen de él es Cerca del corazón de los niños (1951) en que, como el uruguayo Humberto Zarilli se dedicó, a deleitar a las criaturas. De esa sección poética, entresacamos esto;

MI PANECITO FRANCES

Qué rico mi pan francés,
todo llenito de miel,
me lo comeré a las diez,
con Mariana e Isabel.
Así se expresa la chica,
con la boca, con los ojos
y quiere jugar la "Mica"
para llenar sus antojos.
Quien fuera la dulce niña
del panecito dorado
tiene el sabor de la piña
y un ángel a su lado.
Quien fuera abejita de oro,
con alitas de ilusión,
como ella que es un tesoro,
de miel en el corazón.

Profesora que no ha editado libro y que debiera hacerlo es ANTONIA PORTILLO DE GALINDO, que firmó con el seudónimo La Madrecita y desde la radio dedicábase a esta diligencia literaria infantil. Fue Directora de la Normal España. Ha viajado en misión pedagógica por Europa y es competentísima en el desempeño de su labor docente.
Los Cuentos de Cipotes de Salarrué están escritos como por niños, con sus decires, invenciones de palabras y maneras: "Puesies que m iba por lo'rilla del... allá del otro lado, ande ... " y para terminar el relato: "Al llegar el cuilio se fue destampida y ... siacabuche".

JOSE JORGE LAINEZ, adelantó a sus cuentos fantásticos, Cuentos de Luna (1941), mínimos poemas para la niñez. No supuso él entonces, profesor de escuela primaria metido en dificultades, que sería elogiado y que en el periodismo ganaría batallas. El cuentista de Murales en el sueño, de 1952, fue primero narrador para chicos. En esa literatura infantil de Laínez está el amaneramiento, la cantinela y el despertar de curiosidades del niño que aprenderá recreándose. Véase de él lo siguiente:

CUANDO CANTAN LAS HORAS

Las horas van a La escuela
como los niños corriendo.
Horas que van diciendo
que la campana vuela.
y una tras otra en coro
cantan su canto sonoro.
y hay miel y alegría
cuando cantan las horas.
Horas que van rodando
como las aguas del río.
Horas que van jugando
con fiesta en el corazón.
Horas que van cantando
esta linda canción:
"Somos 24 hermanas
alegres como campanas"

Sin medida, sin metro, defectuosos, pero con alegría retozona y centro de atención para el niño. Y es que Laínez prosista no sabe de medidas, ni de metros ni de acentos. Sólo de consonancias.
Senda de Sol, prosa, es de 1956. Relatos del hecho cotidiano, sencillo para muchachos de pocos años.
Entre aquel librito y el mencionado, está Murales en el sueño (1952). Cuentos diferentes a los de Ambrogi, Rivas Bonilla, Salarrué, Lindo. Los de Laínez son de improntus, y descorren velos ocultos; se topa el lector con signos y estrategias fantásticas en que la imaginación ha tejido y destejido accidentes o enhebrado contingencias y riesgos irreales; o que por demasiado verdadero el suceso es exabrupto. Prosa rica en matices. Los títulos de algunos cuentos dirán de sus contenidos: La luz de la otra lámpara, El cadáver del viento, El paraguas del diablo. En ellos está el trasunto increíble.
Laínez también enhebra tramas absurdas, cuentos policíacos, personajes literarios, firmados con el seudónimo Mister Ikuko.
Sobre prosa periodística, cuentos, prosa infantil y prosa espejeante de extravagantes aventuras, descansa la personalidad de José Jorge Laínez (N. 1914).

Fuente: Toruño, Juan Felipe. (1958). Desarrollo literario de El Salvador. Ensayo cronológico de generaciones y etapas de las letras salvadoreñas. San Salvador, El Salvador: Ministerio de Cultura.

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