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Lecturas Nacionales de El Salvador

Saúl Flores

El Jefe Supremo del Señorío de Cuzcatlán
ATLACATL
Por Jorge Lardé

Nuestra República, llamada antes Provincia de San Salvador, era denominada también Provincia de Cuzcatlán, pues si la ciudad española de aquel nombre fué el centro primordial de la civilización europea en nuestro país, Cuzcatlán era el núcleo más vigoroso de la civilización indiana. Por ese y otros motivos, desde hace mucho tiempo, dícese "pueblo cuzcatleco al referirse al pueblo salvadoreño" cuando se habla de sus glorias.
Y el Jefe de Cuzcatlán. el Atlacat o Atlacatl, jefe supremo de la confederación Pipil, el que organizó la resistencia a las huestes conquistadoras de Carlos V para mantener la independencia de los pueblos indianos de El Salvador. naturalmente simboliza a nuestra patria libre, así como los próceres de la Independencia representan a la patria que luchaba por romper las cadenas que la ataban a la monarquía en decadencia. Tan grande es el que lucha por conservar su libertad y su independencia como el que lucha por recuperarlas cuando las ha perdido. Por eso hemos reclamado para aquel Atlacat o Atlacatl un puesto entre los próceres de la Independencia, a la par de Arce y de Delgado.
Atlacatl parece haber sido el nombre común a todos los jefes de Cuzcatlán, pero se le aplica especialmente al Atlacat que resistió con heroísmo a los conquistadores españoles capitaneados por Pedro de Alvarado.
He aquí las propias palabras de Alvarado; por las que se ve la inutilidad de su campaña contra los Pipiles de la costa y la heroica resistencia que con sus ejércitos le opuso el Jefe de Cuzcatlán.
“E como ví esto, que los cuzcatlecos se replegaron a la sierra vecina, yo envié mis mensajeros a los señores de allí) a los que se habían librado de la matanza) a decirles que no fuesen malos (que aceptaran el yugo español y que mirasen que había obediencia a su Majestad, y a mi en su nombre, asegurándoles que si viniesen yo no les iba a hacer guerra ni a tomarles lo suyo (?) sino a traerlos al servicio de Dios Nuestro Señor y su Majestad".
"Enviáronrne a decir que no conocían a nadie, que no querían venir, que si algo les quería, que allí estaban esperando con sus armas". (La respuesta de Leónidas en las Termópilas).
"E desque vi su mal propósito, les mandé un mandamiento y requerimiento de parte del Emperador nuestro Señor, en que les requería y mandaba que no quebrantasen las paces ni se rebelasen pues ya se habían dado por vasallos; donde no, que procedería en contra de ellos como contra traidores alzados y revelados con el servicio de su Majestad, y que les haría guerra, y a todos los que en ella fuesen tomados a vida serían esclavos y los herrarían; y que si fuesen leales, de mi serían favorecidos y amparados, como vasallos de su Majestad" .
“E a esto ni volvieron los mensajeros ni la respuesta de ellos; y como vi su dañada intención y porque aquella tierra no se quedase sin castigo envié gente a buscarlos a los montes y a las sierras, a los cuales hallaron en guerra, y los llamé por pregones y tampoco quisieron venir (?)".
"E como vi su rebeldía y el proceso cerrado, los sentencié y dí por traidores y a pena de muerte a los señores de estas provincias, y a todos los demás que se hubieren tomado durante la guerra y se tomasen después, hasta en tanto que diesen la obediencia a su Majestad, fuesen esclavos se herrasen y de su valor se pagasen once caballos que en la conquista de ellos fueron muertos, y los que de aquí en adelante matasen y más las otras cosas de armas y otras cosas necesarias a la dicha conquista".
"Sobre estos indios de Cuzcatlán, que estuve dicisiete días, que nunca por entradas que mandé hacer, ni por mensajeros que les hice, como he dicho, les pude atraer por la mucha espesura de los montes y grandes sierras y quebradas y otras muchas fuerzas que tenían".
"Acordérne (estando en Cuzcatlán) volver a esta ciudad de Guatemala, y de pacificar de vuelta la tierra que atrás dejaba, y por cuanto hice y en ella trabajé ( e hizo todo lo que pudo) nunca los pude atraer al servicio de su Majestad, porque toda esta costa del sur, por donde fui, es muy montañosa, y las sierras cerca donde tienen el acogida; así para mejor conquistar y pacificar esta tierra (Guatemala) hice y edifiqué en nombre de su Majestad una ciudad de españoles que se dice del Señor Santiago ... ."
Esas palabras de Alvarado, informándole a Cortés el fracaso de su expedición a Cuzcatlán, revelan la resistencia heroica del pueblo cuzcatleco por mantener su independencia y su libertad, representada por el Jefe que la organizó en las montañas, el Atlacatl de Cuzcatlán, el único por excelencia Atlacatl.
Atlacatl-representa en el pueblo cuzcatleco, algo así como el soldado desconocido, el sostén de la Independencia, la resistencia heroica al conquistador extranjero.
Atlacatl es uno de los próceres de nuestra patria y bien merece que se perpetúe en bronce su memoria, pero en una obra de arte que llene por completo las aspiraciones nacionales, en una creación artística de acuerdo con la realidad histórica.

Fuente: Flores, S. (1970). Lecturas Nacionales de El Salvador. V. 1. (9ª. Ed.). San Salvador, El Salvador: Tipografía Editorial Central.

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