José Roberto Cea
Yo no quiero el rencor, busco trabajo nada más
tabla de salvación.
Yo no quiero
el rencor, quítame el hambre.
¡Oh!
Poderoso e invencible garrobo
que Dios ha colmado
de grandes privilegios
como el de
conceder los tiempos lluviosos y secos,
tener el
valor de tirarse del árbol más elevado
y caer sobre cualquier barranco o peña y no le pase
ningún mal...
tenías
cuarenta días de no comer ni beber agua
y prometiste que tus secretos los darías a todo aquel
que confiara
en ti.
¡Oh!
Poderoso e invencible garrobo,
te he demostrado mi fe,
Divino Ser,
traigo la hoja de algarrobo
reliquia de virtud.
Esta hora es la
predilecta, dame tus secretos y virtudes
¡Oh! Poderoso e
invencible garrobo, que te quitan la cola
y te crece
después,
consígueme trabajo.
Busqué por
los caminos, valles y pueblos
no encontré
nada.
Todo lo digo
con devoción y fe
¡consígueme trabajo!
¡consígueme trabajo!
¡consígueme trabajo!
¡consígueme trabajo!
¡consígueme trabajo!
¡consígueme trabajo!
Los míos ya
no tienen qué ponerse,
ya no comen
los míos.
Yo no quiero robar
pero la situación está
color de hormiga loca.
En las nubes caminan los
profetas
y nosotros andamos en el
suelo,
buscamos la salida ...
¡Oh! Poderoso e invencible garrobo,
consígueme trabajo aquí te dejo este pollito blanco.
Esta vela se
apaga y empiezan los sonidos...
Quien dice esta oración y siempre la
carga cerca de su corazón, ningún hombre lo aventaja en ningún trabajo, queda
bajo sus fuerzas y plantas. Esta oración se carga con devoción y fe, con la
hojita del algarrobo, reliquia de virtud y se obtienen
así todos los secretos del garrobo y virtudes dadas a San Isidro Labrador, cuando se
encontraron en la cueva. Amén.
Fuente: Cea, J. R. (1998). Misa Mitin. San Salvador: Canoa Editores.
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