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Hombre, Amor y Testimonio


Darío Villalta Baldovinos


Darío Villalta Baldovinos nace en Jayaque, El Salvador, el 18 de enero de 1938. Reparte su vida después de los diecisiete años entre actividades de radio y televisión, ya como periodista o locutor, de ambos medios; mientras, seguía sus estudios para ingresar a la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales y así iniciar su carrera de abogacía en la Universidad de El Salvador, siendo primer alumno de su curso durante todos sus años de estudio. Al egresar se especializa como docente en Ciencias Sociales y Derecho Público. Posteriormente, como catedrático de este Centro de Estudios ingresa a la Facultad de Humanidades, adscrito al Departamento de Periodismo.

La larga marcha del pueblo salvadoreño por su propia superación y las inquietudes que palpitan en Villalta Baldovinos, le llevan al cargo de Presidente de la Asamblea General Universitaria, en el lapso crucial de los primeros años de guerra civil que aún se mantiene. Con esta investidura participa en la reestructuración del ordenamiento legal de la Universidad de El Salvador. Como Presidente del máximo organismo universitario visita varios países de Europa, como lo son Alemania, Bélgica, Francia y España, en una gira en la que es invitado por distintas universidades de los países citados.

Dentro del campo del periodismo radial y televisado ha participado en diversos congresos y seminarios tanto en Estados Unidos de América como en Centroamérica. Actualmente prepara un libro de Teoría del Estado y una obra de cuentos; todo ello sin contar diversos artículos periodísticos publicados en periódicos salvadoreños y ensayos de investigación sociológica y jurídica.

              Hombre, Amor yTestimonio

Introducción


Darío Villalta Baldovinos nos ofrece un poemario que recoge el testimonio del poeta en nuestros días y los sentimientos profundos que son trasunto de su vida. Toda buena poesía es el desbordamiento espontáneo de poderosos sentimientos. Darío Villalta Baldovinos, está dotado de sensibilidad y su poesía es expresión de hondos pensamientos.
"Es el trajinar -nos dice- de un hombre por los senderos del amor; es el goce, el despecho, la soledad, el dolor, la angustia". Y también el testimonio y la protesta ante la patria desgarrada por la guerra y la crisis que vivimos. El poeta canta al amor y la esperanza, la paz, la libertad y la justicia. Es la palabra del poeta y su circunstancia. Siente el sufrimiento del pueblo y lo plasma en el poema. Muchos poetas tienen voluntad de denuncia que sólo se queda en el manifiesto, no alcanzan a plasmar en la forma. Apoyada en profundos ritmos de la vida, más que en la rima, la poesía social de Darío Villalta Baldovinos es expresión de vivencias intensas. Ha aprendido que toda palabra es poética,
es necesaria, si viene imantada en el acto de creación que la convoca. Dueño de una digna sobriedad expresiva, su expresión es sencilla, sentida, pensada. Coherente y de tono sostenido y de reflexiones vitales que intenta llevar a la palabra poética mediante recursos tradicionales. En su poesía social hay evidente voluntad de denuncia y alcanza rigor poético. Su poesía deviene social por ser vivida y emanada desde su propia emoción. Como toda gran poesía, Baldovinos expresa una verdad interior que guarda relación con la forma, en cuanto el ritmo mantiene unidos los versos. Canta como si las palabras nacieran de adentro espontáneamente, con la fácil simplicidad del pájaro nocturno.

"Sólo manifiesto lo que pienso y siento" -nos advierte. Y esperamos que siga expresándose con esa necesaria expresión que busca cauce naturalmente. Porque como dice Pablo Antonio Cuadra: "Para llegar a la esencia de una cosa se necesita una convivencia de siglos, un asedio largo de poetas tratando de perforar la dura superficie de lo innombrado y una acumulación paciente y larga de observación y de amor".   

Darío Villalta Baldovinos inicia su obra poética a partir de 1980, como impulsado por la desgarrada realidad de una crisis que llega al clímax en esta década, como el ojo terrible de la tormenta. Alterna sus actividades con la poesía en un ambiente sitiado por la guerra.

Es un distinguido abogado y catedrático universitario. Ha sido Presidente de la Asamblea Universitaria en los años de mayor crisis en el Alma Mater de 1981 al 83. La conjunción de distintas facetas en que se ha realizado, le ha llevado como delegado de la Universidad de El Salvador a las universidades europeas. Ha recorrido distintos países de América en otras facetas de sus actividades periodísticas. Sus inquietudes literarias le mantienen en perenne ejercicio. Ahora prepara un libro de cuentos. En el campo académico prepara una obra sobre Teoría del Estado.

Su poesía nace de dulces cargas afectivas y emocionales y del dolor súbito que nos produce la Patria herida. Emociones y afectos proyectan descargas líricas, poderosas energías que en la Mitología griega son Eros y Thanatos, una apertura del misterio que encierran los mitos y una búsqueda de equilibrio interno, en su alma: el sophrosine que se produce a través del distanciamiento estético que todo poema supone. La materia lírica toma impulso del amor, la vida, el miedo, miedo al no ser, al morir que producen las visiones de la muerte. En todo poeta está presente la inquietud del ser que no quiere acabarse, que necesita dejar plasmado su testimonio, al paso por el mundo.
Darío Villalta Baldovinos ha escrito un poemario que recoge su intenso vivir, su experiencia vivida, sus convicciones sociales y su anhelo de una paz justa en Centro América.

QUIERO ESCRIBIR QUE LA VIDA ME DA RISA


Quiero escribir,
que la vida me da risa;
por eso estoy llorando.

Quiero escribir que la vida me da risa;
y el cielo se vuelve gris,

y las hojas caen de los Arboles,
en un otoño sangriento.


Quiero escribir que la vida me da risa,
mientras una bomba se detiene
ante una humanidad,
que nada entiende.
Quiero escribir que la vida me da risa,
mientras los niños y las madres,
lloran y mueren,

en una guerra fría que parece infinita.

Hambre, sangre,
llanto, muerte...
Quiero escribir que la vida me da risa;
pero estoy Ilorando.




MUCHACHITO

Muchachito,
ese casco tan grandote
para
ti que eres
tan chiquito.
Muchachito,
quisiera verte torvo
pero noto en tus ojos
cierto briUo Infantil.
A ciencia cierta
no sabes que es ésto.
Muerte por aquí
muerte por allá,
gritos de mando por un lado
gritos de mando por el otro.
Ese que mataste
puede ser tu hermano,
tu amigo, tu vecino:
pero te enseñaron a verlo
como un animal enemigo,
como un asesino,
cuando sólo es un muchacho
igual que tú.
"Todo por la patria",
te dicen.
y los dos,
tu enemigo y tú,
comiendo los mismos frijoles,
se bañan en el mismo rio
y, puede ser, que en lo hondo
piensan igual.
Es tu contrario en la guerra
pero no razonas que es tu compatriota.
Siéntate a conversar con él
 y verás que no son muy distintos.
Tú quieres una patria liberada,
también él;
 tú quieres Justicia social.
también él;
tú quieres una democracia del pueblo.
también él;
 tú quieres Igualdad.
también él.
 El problema es que no conversan,
muchachito.
pues tanto tú como él
son, en el fondo, los mismos.




Fuente: Villalta Baldovinos, D. (1988). Hombre Amor y Testimonio. San Salvador: Editorial LEA. 


                        
























































Comentarios

Anónimo ha dicho que…
yo lo admiro Doctor, fui su alumna en el año 2000, excelente catedrático
Anónimo ha dicho que…
Darío, congratulaciones por tu actividad literaria. Hugo Campos

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