Alvaro Menen Desleal
Fuente: Menen Desleal, A. (1997). La ilustre familia androide. (2ª. Ed.). San Salvador: Dirección de Publicaciones e Impresos.
«La ilustre familia androide» no es uno de los libros mejor conocidos de Álvaro Menen Desleal (Santa Ana, 1931); su primera edición fue hecha en Argentina (1972). Veinticinco años más tarde aparece esta segunda edición, la primera en El Salvador, como para mostrar, escribe Luis Melgar Brizuela, la vigencia de los relatos que contiene, cuyo toque en cuanto "ciencia-ficción" no es propiamente la invención de historias futuristas sino, más a fondo, la analogía entre el panorama mundial del siglo XX y otros mundos, antiguos o próximos, terráqueos o galácticos.
"Más allá de eso que con fácil convención llamamos ciencia-ficción; hay un humanismo, una reflexión profunda sobre el ser humano y sus civilizaciones, su ciencia, su "progreso, sus creaciones, su semejanza con Dios o con la máquina.
Sus inquietantes cuentos figuran en reconocidas antologías latinoamericanas.
Otras de sus obras son: «Luz Negra», «La bicicleta al pie de la muralla» (teatro) y «Una cuerda de nylon y oro» (narrativa).
EL FRÍO
Ahora que se ha iniciado la Nueva Glaciación, es bueno que sepas lo que Claudio Eliano cuenta en sus Historias Varias".
Es el caso que, después de una gran nevada, el rey de los escitas se asombró mucho al encontrar un hombre completamente desnudo.
- ¡Cómo! ¿no sientes frío? - preguntó el rey, enfundado en sus pieles.
-¿Sientes tú frío en la cara? - replicó el hombre.
-No.
-Pues bien, yo soy todo cara.
Otras de sus obras son: «Luz Negra», «La bicicleta al pie de la muralla» (teatro) y «Una cuerda de nylon y oro» (narrativa).
EL FRÍO
Ahora que se ha iniciado la Nueva Glaciación, es bueno que sepas lo que Claudio Eliano cuenta en sus Historias Varias".
Es el caso que, después de una gran nevada, el rey de los escitas se asombró mucho al encontrar un hombre completamente desnudo.
- ¡Cómo! ¿no sientes frío? - preguntó el rey, enfundado en sus pieles.
-¿Sientes tú frío en la cara? - replicó el hombre.
-No.
-Pues bien, yo soy todo cara.
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