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El Salvador (Monografía)

                                                Roque Daton



INTRODUCCION

La república de El Salvador, uno de los países más pequeños del mundo en su aspecto territorial, ha sido durante siglos escenario de un drama social de gigantescas proporciones. Sin embargo, el drama salvadoreño sigue siendo en gran parte un drama ignorado. Las fuerzas económicas que explotan y desangran al pueblo salvadoreño han tendido un denso velo sobre el verdadero rostro del país, para ocultar al mundo las condiciones de atraso en que ahí se debaten casi tres millones de hombres desposeídos y expoliados al margen de los más elementales derechos humanos y de logros modernos de la civilización y la cultura.

Una propaganda falaz ha colocado a El Salvador ante las naciones con un criterio aparentemente turístico y pintoresco, como "un lugar paradisíaco donde nadie se muere de
sed ni de hambre, de frío ni de calor" y en cambio, la realidad es que aún las cifras oficiales más conservadoras muestran índices de mortalidad verdaderamente pavorosos a causa de la desnutrición, de la inasistencia médica y de las condiciones subhumanas de trabajo, vivienda y salubridad general que reinan en todo el territorio nacional. Los escritores de la burguesía que han acuñado para El Salvador el ridículo término de "pulgarcito de América" rehúsan hablar de problemas tales como los que para un país de territorio sumamente pequeño y de economía subdesarrollada significan la gran densidad de población y el
sobrecogedor incremento de la misma. Los sucesivos jefes de Estado salvadoreños, que hablan siempre de libertad y democracia, de civilización cristiana y de solidaridad continental, emiten en sus discursos e informes, toda mención a las cárceles atiborradas de presos políticos, de los asesinados en la salas de tortura o en las calles nocturnas, de los centenares de perseguidos y exiliados. Los profesores de historia e historiadores se cuidan mucho de incluir en sus cátedras o en sus textos referencias veraces sobre los auténticos héroes del pueblo salvadoreño, como el gran líder indígena del siglo XIX Anastasio Aquino, o sobre hechos tan reveladores por su tremendo impacto histórico, como la espantosa masacre del año 1932, en que fueron asesinados por las fuerzas represivas del gobierno más de treinta mil campesinos y obreros salvadoreños... en menos de un mes.

El éxito de esta constante y prolongada labor de ocultación y tergiversación de la realidad salvadoreña -tanto en su desarrollo histórico como en lo referente a la concreta situación actual- es indudable. El pueblo salvadoreño ha sido la primera víctima y por décadas ha sufrido graves deformaciones de conciencia que han obstaculizado su despertar para dar solución a sus problemas fundamentales de atraso y sometimiento.
Por otra parte, el desconocimiento en el campo de las relaciones internacionales y entre los pueblos sobre la problemática salvadoreña es casi absoluto y se extiende inclusive a los propios datos de ubicación geográfica, costumbres y tradiciones.
Los revolucionarios salvadoreños entienden que ha llegado la hora de luchar con nuevas formas, contra esta situación negativa. Entienden que El Salvador es actualmente un país en situación revolucionaria que necesita cada día más de la solidaridad de todos los pueblos del mundo para arribar con pleno éxito al final de la lucha por su liberación nacional; pero también señalan como sumamente dañino para los intereses de toda la humanidad progresista; el hecho de que las valiosas experiencias --de triunfos y derrotas- del pueblo salvadoreño, aglomeradas durante siglos de opresión, sigan siendo desconocidas por los pueblos que a su vez luchan hoy contra los mismos enemigos y en procura de idénticos fines.
Es sobre este orden de ideas que han sido elaboradas las páginas siguientes. A lo largo de ellas se procurará dar una visión general y concisa del desarrollo histórico de la sociedad salvadoreña -sobre todo, desde el punto de vista de la lucha del pueblo, por tomar en sus manos la capacidad de hacer su propia historia y de la situación específica en que actualmente viven y luchan las grandes masas populares del país.
¿Cuáles son los orígenes del pueblo salvadoreño? ¿Qué características especiales tuvo en El Salvador, la conquista y la colonización española? ¿Cómo luchó el pueblo salvadoreño contra el dominador español? ¿Cómo obtuvo su independencia y cómo consolidó la república? Todas estas preguntas serán examinadas con criterios ajenos a los usados por los tradicionales historiadores burgueses y antinacionales de El Salvador, antes de sumergimos en la historia más reciente, presidida por la presencia enajenante y deformadora del imperialismo norteamericano y de la oligarquía criolla. Después se elaborará un panorama de las condiciones materiales de la vida salvadoreña en la actualidad, basado en la elocuencia simple e irrefutable de las cifras, a fin de cerrar la exposición con el análisis de las soluciones que se plantea el pueblo salvadoreño para resolver la actual encrucijada histórica, soluciones levantadas como bandera de lucha de las organizaciones democráticas y revolucionarias, que expresan con sus acciones materiales la intensa lucha de clases que se desarrolla en el país. El pueblo salvadoreño -yeso pretende también dejar sentado este trabajo-- se ha ganado un lugar de honor entre los pueblos del mundo que combaten contra el atraso semifeudal, contra el imperialismo guerrerista, por las vías de la revolución popular. Las luchas revolucionarias que se plantean en El Salvador para el futuro inmediato serán una ratificación del merecimiento de ese lugar de honor.
En la dirección en que progresa la historia y no en su contra, encabezado por organizaciones de gran experiencia y respaldo de masas, con el ejemplo de sus miles y miles de muertos, el pueblo salvadoreño se prepara para la victoria final.


Fuente: Dalton, R. (2002). El Salvador (Monografía). (13a. Ed). San Salvador: UCA Editores.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Días festivos


1 de enero
Año Nuevo
Celebración por la llegada del Año Nuevo.
16 de enero
Firma de Los Acuerdos de Paz Celebración por los acuerdos de paz.
8 de marzo
Día de la Mujer Reconocimiento a la mujer salvadoreña.
1 de mayo
Día del Trabajo Celebración del trabajo en El Salvador.
3 de mayo
Día de la Cruz Celebración a la cruz en forma de agradecimiento.
7 de mayo
Día del Soldado Reconocimiento al soldado salvadoreño.
10 de mayo
Día de la Madre
Reconocimiento a todas las madres salvadoreñas.
17 de junio
Día del Padre
Reconocimiento a todos los padres salvadoreños.
22 de junio
Día del maestro Reconocimiento a todos los maestros.
1 - 6 de agosto
Fiestas Agostinas Fiestas Patronales de San Salvador dedicadas al Divino Salvador del Mundo, Patrono de La República.
15 de septiembre
Día de la Independencia
Día de la Independencia de Centroamérica.

1 de octubre
Día del Niño
Festividad dedicada a todos los niños.
2 de noviembre
Día de Muertos
Celebración a los difuntos.
5 de noviembre
Día del Primer Grito de Independencia Celebración del primer grito de Independencia de Centroamérica.

2do. Domingo de noviembre
Día de Nacional de las Pupusas Celebración a la comida tradicional típica de El Salvador, las pupusas.
24 de diciembre
Noche Buena Víspera de navidad.
25 de diciembre
Navidad Celebración del nacimiento del Niño Dios.
31 de diciembre
Noche Vieja Fin de año.

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A LA VIBORA, VIBORA... A la víbora, víbora, de la mar, por aquí quiero pasar. Las olas que se acercan, las olas que se van, y detrás de las olas, las olas más y más... Escamas de arco-iris, escamas de metal. ¡ya se durmió la víbora, ya quiere despertar! Camino de mi frente -caminito especial- si de mi frente sale, ¿quien lo puede alcanzar? En menos de un segundo conoce la ciudad; en lo que cierro un ojo por el aire se va; siguiendo mariposas deja juegos atrás y toca de repente, la víbora de la mar. Aunque niño me llamo y no puedo nadar muchas islas descubro sentado en mi diván. Al agua marinera, que baila por bailar, sin mojarme la blusa la puedo atravesar. Caballito marino, caballito de sal, con brida de canciones te logro sujetar. ¿En dónde llora y llora la niña tempestad? ¿En dónde crece, rojo, el árbol de coral? Iremos galopando -rataplán, rataplán- caballo de los tumbos, que sabes galopar. ¡Qué praderas de espuma! ¡Qué montañas